A estas alturas en mis últimos años, me tocaba hacer, y aún me toca, el balance del año que se va. No es que lo hiciera de forma concreta, anotando en un papel pero si en mi mente donde a poco de terminar el año empezaba a pensar en todo lo que me había faltado concretar y en todo el trabajo que me esperaba en el nuevo año, sobre con la dificil tarea que nos habiamos propuesta con mi marido que era formar, o mejor dicho, agrandar la familia.
Esta vez, por primera vez en años es distinto. Y suele sucederme que aún muchas veces, aunque veo mi panza crecer con los melli adentro, no puedo creer que por fín todos los planes y proyectos que años atrás empeñaban mi alegria y me hacían las fiestas bastante dificiles, hoy estén conmigo, existan, sean palpables y me llenen de la mayor felicidad que nunca pensé tener.
Muchas veces hablamos con mi marido de lo lejos e imposible que veíamos el embarazo hace unos meses atrás, y ahora acariciamos mi vientre en crecimiento sabiendo que es el mejor regalo que la vida nos pudo dar, algo así como ganarse la lotería! donde la probabilidades son escazas y la suerte mucha.
Sin duda que el balance de este año va a ser muy distinto. Ya no pienso en los tratamientos que vendran sino en los nombres que voy a ponerle a mis bebés y de que color vamos a pintar sus dormitorios. Es una sensacion de libertad que me abruma, esto de no tener que pensar en estudios, ni en estimulaciones, ni operaciones ni nada! Nunca sentí semajante sensacion de plenitud y a veces hasta me asusta que asi sea.
A mis compañeras de ruta les digo, como siempre, que esta lucha la gana quien persevera. Es duro, se sufre pero se que cada una de nosotras tiene un tiempo asignado para vivir este sueño tan grande y especial. Nunca pero nunca deben dejar de luchar por lo que tanto anhelan.
Ya verán que cuando les llegue, será indescriptible y todo pero absolutamente todo habrá valido la pena.
Humildemente ofrezco mi mano cuando la necesiten.
Felices Fiestas y un prospero 2009 cargado de positivos.