Les cuento que hace un tiempo ya, hay una gatita del barrio que viene a casa a pedir comida y leche. En realidad la acostumbré yo, una noche que la vi muerta de frío en la calle y no pudiendo con mi genio, le di de comer. Desde ese entonces, religiosamente la tenemos a la mañana temprano y a la noche, en la puerta de casa y hasta la dejamos entrar. Mi marido siempre me decía que en cualquier momento se nos iba a aparecer con el bombo y que ahi sí que nos ibamos a querer matar. Y bue, pasaron los días y la peque empezó a engordar sospechosamente....y ahora parece una guitarra!! Esta re preñada pobre!!!
A algunos les parecerá una estupidez pero verla a ella así, con su hermosa panza que le va creciendo, completamente inconciente de lo que le espera, verla como come desaforadamente porque se ve que al igual que nosotras tiene mas apetito, me llenó de ternura y esperanza!
La vida, vida es y yo siento profundo respeto por cualquier vida nueva que se está gestando en este planeta, sea humana o gatuna.
Ella está sintiendo, aunque no tenga absolutamente ninguna conciencia de ello, el milagro más maravilloso que existe sobre esta tierra, algo que muchas anhelamos por muchos años ya. Al tocarle su pancita, imagino lo que se debe sentir al tener otro ser dentro de uno, moviendose, respirando y palpitando.
Aunque ella sea gato y yo humano, siento que ambas estamos unidas por algo invisible pero a la vez enormemente importante: la vida. Mis ganas de ser madre las veo reflejadas en su enorme vientre peludo. No puedo mas que sentirme muy pero muy pequeñita ante semejante milagro. Ese milagro que alguna vez espero, pueda ser mío.
2 comentarios:
Qué dulce relato!!!
Y sí...la infertilidad nos vuelve más sensibles y hace que apreciemos el 2milagro de la vida" que para tantos pasa tan desapercibidamente....
Que lindo Lore, claro que es admirable el milagro de la vida, donde sea...
Te felicito por el gesto, pobrecita la gatita. Besos.
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